jueves, 29 de diciembre de 2016

Pájaros en la cabeza



No son sólo 
pájaros en
la cabeza,
lo que me despeina

           cuando yo te veo, 
son también las ganas
de robarte la atención

                 susurrándote un beso
en todas las esquinas que doblamos,

son el aire y la lluvia, 
que enfermos de envidia, 
me intentan agarrar
       con sus manos mi pelo, 
y por más que me empujen,
                     me insulten, 
                   me bufen,
             me bramen,
no consiguen arrancarnos

                a mí de ti.
                a ti de mí,
a nosotros mismos de nosotros.


No son sólo 
pájaros en

la cabeza,
sino también ciento volando, 

bandadas escapadas
de los sueños de Hitchcock que recorren la troposfera

     cantando tu nombre
                                    en tu busca

y surfean los vientos,
   sorben los mares,
   cosen las nubes,
   desordenan las hojas de los árboles, 

   deletrean las ciudades
                     por las que pasan 
esperando que en una de ellas
          oigas tu nombre en su canción, 
                    ices tu mirada al cielo
y te vengas 
     volando
con ellos.

No son sólo 
pájaros en
la cabeza,
no son utopías, 

no son horizontes
            que nunca llegues a tocar con tus manos,




son ideas,
               son albricias

son luz que se nos desprende de las cabelleras 
mientras nos olvidamos en algún cajón
                                       esas tristezas 
y nos ponemos guapos
para bailar la felicidad 
al borde del precipicio. 

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