lunes, 4 de mayo de 2009

Siempre tarde y sucio (Me acuerdo II)

Lo prometido es deuda. Aquí siembro la segunda tanda de "meacuerdos" esperando que los que queráis también pongáis los propios como comentarios.

Me acuerdo de masticar toda la tarde
en los chicles
hasta tragármela,
me acuerdo de llegar a casa
siempre tarde y sucio,
me acuerdo de no recordar
el nombre de mis primos,
de aprenderlo y olvidarlo
cuando venían y cuando se marchaban.

Me acuerdo de las chocolatinas
los domingos
y de las que llegaban sin avisar,
me acuerdo
de los paseos hasta las entrañas
de la tierra
y de las sardinas de plata
saboreando el pan,
me acuerdo de sus pelos
escapando de las orejas
y de la nariz,
no me acuerdo del sonido
de su voz humeante
después de cada calada,
me acuerdo de su chaleco oscuro.
Me acuerdo de la muerte,
por primera vez,
al volver del colegio,
tumbada sobre la cama,
no se pararon los relojes.

Me acuerdo del papel pinocho,
de seda,
de calco
y de charol,
del contrabando de plastilina,
de los mal,
bien,
bastante bien
y regular,
me acuerdo de que sigo siendo zurdo
y de que el número siete nunca
me llegó a gustar del todo.

Me acuerdo de los techos
para gigantes
y de piscinas cuyo suelo
era la más inmensa profundidad,
me acuerdo
de lo fácil que era agarrar los sueños
para que no se escapasen
por la mañana.

1 comentario:

  1. me acuerdo de un día que te ví pasar cargado de folletos y volantines, lleno de información y de palabras como: cine, libro, concierto o aperitivo. me acuerdo que todo comenzaba con letras mayúsculas y terminaba con un gratis. Aquella tarde pensé que eras otro hombre extraño y me enseñaste una frase: "sí es gratis es bueno". Después crei que habíamos compartido algunas cosas. Sí. Me acuerdo.

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