Tengo un nombre diferente en cada boca,
un rostro distinto en cada mirada,
tengo un pie en cada huella
y mi voz se estira
con un eco diverso
en cada recuerdo.
No son mis mismos huesos
los que me esperan en la tumba,
mi nariz no volverá a ser
la que nunca fue,
he dejado una mano
en cada caricia
y mis arañazos
jamás tuvieron las mismas uñas.
No me encontrarás
detrás del siguiente puñado de palabras,
todas mis sombras hacen cola
esperando su turno.
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